Los bolígrafos son conocidos en todo el mundo como Biros debido al nombre de su inventor, el húngaro Lazlo Biro, quien introdujo este nuevo mecanismo en 1938. Alojan una pequeña bola en su punta cónica que al rodar, descarga tinta sobre el papel. La tinta es oleosa y se seca sobre el papel sin penetrar en él. La carga de tinta dura mucho y las líneas revelan, hasta cierto punto, la presión ejercida por la mano.

Son instrumentos de escritura que pueden convertirse en interesantes utensilios de dibujo siempre y cuando no se espere de ellos los resultados que solo pueden ofrecer los medios específicos de dibujo artístico.

Son válidos para apuntes, bocetos rápidos y pequeñas obras de tipo lineal.

Los rollerballs son un desarrollo del bolígrafo que en su origen, buscaban unir las ventajas de éste con la suavidad del trazo de las estilográficas. Su mecanismo se basa también en una bola contenida al final de una punta cónica.

La diferencia esencial con respecto a los bolígrafos es que la tinta empleada por los rollerballs es de base acuosa y mucho más fluida; esto permite un manejo mucho más suave y ligero y proporciona un trazo más grueso. La tinta normalmente pigmentada, es de un color más vivo y penetra en las fibras del papel, lo que la hace más permanente. La descarga de tinta es mayor que en los bolígrafos y el depósito se agota mucho antes que bolígrafo.

El rollerball de carga de gel, es la última novedad en utensilios de escritura. La tinta se sustituye por un gel más o menos fluido, de trazo muy suave, que puede ser el vehículo de una gran variedad de colores distintos que incluye tonalidades metálicas, colores pálidos, fosforescentes, etc. El gel no penetra en el papel, sino que se seca rápidamente sobre la superficie.

(Canal, 2014)